martes, 21 de febrero de 2017

Solución total para la obesidad

Actualmente hay muchos enfoques y criterios a la hora de presentar un plan de alimentación para bajar de peso: Dieta paleo, No-Dieta, Clean eating, Cetogénica y tantas más.

En lo personal, creo que cada paciente es único y por lo tanto, habrá que buscar el método que le sea más útil. Por supuesto, siempre y cuando no se utilicen prácticas riesgosas ni extremas.

De todas formas, más allá del programa elegido hay algo que asegura el éxito total en esta batalla y se llama CONSTANCIA. Esto es lo único que nos brindará la solución completa y segura.

Sé que esperaban que les ofreciera una pastilla mágica, y quizá fue esa su intención cuando abrieron este artículo. Pero la verdad es que ese remedio mágico no existe. Es la constancia lo único que les permitirá llegar a nuestra meta (como pasa con cualquier otro objetivo que tengamos en la vida). Pero les pregunto....si estan dispuestos a pagar por una pastilla, ¿porqué no se enfocan en perseverar en su objetivo? Eso será gratis y está al alcance de su mano.

Recuerden que lo bueno lleva tiempo. Nos hemos acostumbrado al éxito rápido (y no hablo sólo de los tratamientos para bajar de peso). Hemos perdido el placer de disfrutar y aprender de los procesos. No todo tiene que ser YA, ni mágico. Construir un camino es tan valioso como llegar a la meta.

Es difícil? Seguro! Pero la idea es no perder de vista adonde queremos llegar. Y si nos caemos, continuar peleando; y cuando las cosas salgan mal, seguir adelante; y si no obtengo los resultados que quiero, hacer un esfuerzo un poco mayor, y así. No hablo de hacer todo perfecto ni hacer esfuerzos desmedidos. Simplemente, continuar. Ahí está la clave del éxito.

Por eso, cuando decidan perder peso, no busquen el tratamiento milagroso, busquen el milagro que existe en la constancia. Ahí tendrán la solución total que tanto buscan.

viernes, 20 de enero de 2017

La balanza...ese elemento de tortura

La definición de balanza en el diccionario es "Instrumento usado para pesar comparando pesos conocidos con el del objeto que se pesa". Sin embargo, suele tener muchos otros significados. En ocasiones es la villana de la historia o incluso quien decide nuestros pasos.

Pero debemos entender que sólo es un elemento de medición. Y no debería JAMAS determinar nuestra conducta alimentaria.

La balanza sólo arroja un número que puede estar influenciado por muchos factores: momento del ciclo menstrual, retención de líquidos, constipación. Influye también el contenido de las últimas comidas; si fueron ricas en carbohidratos o sodio, seguramente pesemos más por retención de líquidos.

Otro tema a tener en cuenta es como está compuesto ese peso. Cuando alguien sube a una balanza, pesa todo: musculo, hueso, líquido, grasa. Si logró perder 1 kg de grasa y aumentar otro kilo de músculo,  no habrá movido la aguja; y sin embargo, su cuerpo no lucirá igual. Habrá achicado algunas medidas y estará más saludable.

Nadie compara otros números cuando comienza a comer más sano. Cuesta escuchar a alguien que se alegre por mejorar sus valores de triglicéridos en sangre o de colesterol LDL. Importa más el peso. ¿Pero realmente es lo más importante?

También hay personas que se instalan fuertemente en un valor y no quieren ni aceptan modificarlo. Y se embarcan en luchas despiadadas sólo por lograr al ansiado objetivo. ¿En serio 2 kilos más o menos hacen la diferencia? ¿Se justifica ese esfuerzo? Ese peso, ¿no será demasiado irreal?

Es habitual que tomen decisiones, sólo por el resultado de una pesada. Si el número crece, significa que no vale la pena seguir cuidándose. Si el número baja, significa que puedo comenzar a comer más. ¿No será sólo una excusa para volver a viejos malos hábitos?

No olvidemos que el de la balanza es sólo un número más. Y debemos mejorar todo nuestro cuerpo, no únicamente cuanto pesa.
Siempre que comemos mejor, eso se refleja en nuestro organismo. En el peso y en toda nuestra sensación de bienestar. Y ese debería ser un criterio importante de medición de nuestros resultados.

Cuando entendamos que comer más sano y hacer actividad física es vital para nuestra salud; y que la clave fundamental está en la constancia y en priorizar nuestro bienestar general (cuerpo, mente, espíritu), buscaremos otras formas de evaluar nuestros progresos, que complementen a la balanza y nos devuelvan un resultado más real sobre nuestra conducta.